Homo sum et nihil humanum a me alieno puto

martes, 17 de agosto de 2010

La Historia, la mejor narradora


Os dejo con una de las magníficas reflexiones -por su profundidad y su forma- que realiza el austríaco Stefan Zweig (1881-1942) en sus Momentos estelares de la humanidad. Zweig retoma la idea griega de que la mejor zurcidora de cantos es la Historia, encarnada en su musa, Clío, de la que bebían los poetas épicos antiguos, pero dándole una horma moderna en su expresión.


"Ningún artista es durante las veinticuatro horas de su jornada diaria ininterrumpidamente artista. Todo lo que de esencial, todo lo que de duradero consigue, se da siempre en los pocos y extraordinarios momentos de inspiración. Y lo mismo ocurre con la Historia, a la que admiramos como la poetisa y la narradora más grande de todos los tiempos, pero que en modo alguno es una creadora constante. (...) La mayoría de las veces, en su calidad de cronista se limita a hilvanar, indolente y tenaz, punto por punto, un hecho tras otro en esa inmensa cadena que se extiende a lo largo de miles de años, pues toda crisis necesita un periodo de preparación y todo auténtico acontecimiento, un desarrollo. Los millones de hombres que conforman un pueblo son necesarios para que nazca un solo genio. Igualmente han de transcurrir millones de horas inútiles antes de que se produzca un momento estelar de la humanidad.


[...]


Un único "sí", un único "no", un "demasiado pronto" o un "demasiado tarde" hacen que ese momento sea irrevocable para cientos de generaciones, determinando la vida de un solo individuo, la de un pueblo entero e incluso el destino de toda la humanidad.


(...) Aquí he tratado de evocar, a partir de las más variadas épocas y regiones, algunos de esos momentos estelares --los he denominado así, porque, resplandecientes e inalterables como estrellas, brillan sobre la noche de lo efímero--. En ningún caso se ha procurado decolorar o intensificar la verdad de los acontecimientos externos o internos recurriendo a la propia invención, pues en esos instantes sublimes que la Historia configura a la perfección, no es necesario que ninguna mano acuda en su ayuda. Allí donde ella impera como poetisa, como dramaturga, ningún escritor tiene derecho a intentar superarla."



Stefan Zweig, Momentos estelares de la humanidad.

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