Homo sum et nihil humanum a me alieno puto

lunes, 31 de marzo de 2008

El jardín de los Finzi-Contini


Hacía tiempo que quería leer El jardín de los Finzi-Contini, pero no encrontaba el momento justo -o bien por falta de tiempo o por poca predisposición-, así que la semana pasada no dejé pasar la oportunidad de ponerme con esa novela.

El jardín de los Finzi-Contini (premio Viareggio) es la gran novela del escritor judío italiano Giorgio Bassani (1916-2000), que se halla, como narrador, a caballo entre la literatura fin de siècle italiana (por temática) y el neorrealismo de los 40 y 50 (por enfoque y estilo renovador). Integrante de la Resistenza antifacista durante la II Guerra Mundial, a Bassani, además de dar testimonio en sus novelas de lo que aconteción en esos turbulentos años cuarenta, tratando a menudo de las comunidades judías italianas, le debemos también el haber conseguido que se publicase El Gatopardo, de Giuseppe Tommasi di Lampedusa, cuando nadie apreciaba la magna obra del siciliano.


En El jardín de los Finzi-Contini (Il giardino dei Finzi-Contini), Bassani, rememorando la Ferrara de su juventud, narra en primera persona la relación de amistad que un joven judío (en el que parece verse reflejado el autor) entabla con los hermanos Alberto y Micòl Finzi-Contini, pertenecientes éstos a una familia judía de la altaburguesía ferraresa que vivía de espaldas a la realidad política italiana, a pesar de sufrir las leyes raciales fascistas. Como en muchas obras neorrealistas, el argumento esencillo y no suceden grandes acontecimientos durante la novela: sólo se muestra lo cotidiano. En este caso, las reuniones del narrador con Alberto, Micòl, el joven ingeniero comunista Malnate (amigo de Alberto) y otros en la extensa propiedad de los Finzi-Contini, en su "jardín", en su pista de tenis, en su casa, etc.
El protagonista recuerda con nostalgia esa época en Ferrara: el jardín de los Finzi-Contini es para él símbolo de un tiempo feliz que ya no regresará; también es el lugar donde tuvo un amor imposible, Micòl, de ahí que la novela acabe cuando ya no la vuelve a ver más, al ser ésta enviada, junto a sus padres, a un campo de concentración, primero en Italia y luego en Alemania.
El argumento, por tanto, es de una gran sencillez, pero los personajes se vuelven cercanos y uno acaba siendo partícipe de su rutina. En esa sencillez, propia del día a día, radica, aunque parezca uan contradicción, la fuerza de la novela, ya que presenta situaciones reales, pensamientos y sensaciones que todos hemos tenido, de tal modo que el destino de los personajes, su vida, parece trabarse con la nuestra. Ésa es una de las grandes conquistas del neorrealismo.
En cuanto al estilo narrativo de Bassani, éste opta por hacer narrar al protagonista muchos de los diálogos en vez de transcribirlos a través de la común fórmula de guiones y punto y aparte, con lo que obliga a una adapción a su peculiar forma de contar las cosas. Y, sin embargo, esa forma de narrar hace que nos sintamos con más facilidad a gusto y cómplices con el personaje.
El jardín de los Finzi-Contini abre un vínculo entre el lector y la Ferrara de la primera mitad del siglo XX, aún hoy reconocible si se visita ya que se refiere a lugares señalados. Espero algún día poder conocer esa ciudad (las referencias que de ella tengo, por documentales, son inmejorables) y reencontrarme allí, paseando por Corso Ercole I d'Este, con Bassani y los Finzi-Contini.
P.S. Vittorio de Sica llevó al cine esta novela, con título homónimo.

La novela histórica

La novela histórica es un género que ha ganado gran popularidad en los últimos años. Muchos se deciden por una novela con contenido histórico como lectura vacacional, pero yo me pregunto si conocen la buena novela histórica o sólo sucedáneos o productos comerciales, de una nula calidad literaria y de endeble argumento o capacidad recreadora de la época. Lamentablemente, el éxito de una serie de novelas banales (es inevitable pensar en El Código Da Vinci y similares) que han dado paso a ese híbrido que es la intriga con contenido histórico manipulado sin escrúpulo, acaparador de escaparates y librerías, ha podido apartar al lector del conocimiento y justa valoración de obras de peso, dentro de este muy respetable género, que están entre las mejores de la literatura universal.
Como asiduo lector de novela histórica de la buena que soy, voy a intentar, en lo sucesivo, hablar en este blog de las que a mi juicio son las más sabresalientes novelas históricas de la literatura universal contemporánea. Eso sí, aunque he leído bastantes, vaya por delante que soy consciente de que me faltan aún muchas por leer, pero creo que ya tengo suficiente experiencia lectora en este género como para tener una opinión suficientemente rigurosa (con el inevitable componente subjetivo, claro).
Os animo a todos a aportar vuestras opiniones y recomendaciones en este género, una vez que comience a comentar mis novelas preferidas (Anido,Teutón: cuento sobre todo con vosotros).

jueves, 27 de marzo de 2008

El lobo estepario


Esta Semana Santa he aprovechado gran parte de mi tiempo libre para leer. Entre otras cosas, acabé de leer El lobo estepario de Hermann Hesse, una de las novelas más influyentes del siglo XX. Siempre había querido adentrarme en la literatura en lengua alemana, pero todos los autores que conocía (Grass, Böhl, Frisch, el propio Hesse...) me parecía que tenían obras muy sesudas, demasiado enrevesadas, un tanto farragosas o tediosas (pensaba en la base argumental de El tambor de hojalata, un niño que va tocando un tambor por el mundo, si no recuerdo mal) y eso me echaba un poco para atrás. A mí me atraen las obras profundas, pero más al estilo italiano o francés: novelas que traten de lo cotidiano (como las neorrealistas), de la vida misma, y que reflexionen sobre el ser humano a partir de la experiencia vital, de una filosofía de la vida (como El extranjero de Camus, una de mis obras preferidas, al igual que su autor).

A pesar de mis reticencias iniciales, el interés por descubrir una nuevo autor de una literatura para mí menos conocida que otras (como la italiana), la fama de El lobo estepario, y la recomendación de esta última novela por parte de Luisa, me empujaron a leerla.

El lobo estepario es una novela que transmite angustia, desasosiego (y más pensando que está basada en la vida del propio autor), pero también invita a una reflexión muy interesante acerca del carácter humano y la insatisfacción, a través de su protagonista, Harry Haller.

Harry Haller es un intelectual de gustos refinados (Haydn, Novalis...) y de agudo ingenio que vive torturado por la escisión que se da en su persona: la habida entre "el hombre" (de gustos burgueses, que aprecia las comodidades de una vida segura y rutinaria) y "el lobo estepario" (sarcástico, e implacable en su repulsa hacia todo lo burgués e, incluso, hacia la felicidad fruto de una vida común). Harry podría ser prefectamente un personaje de alguna película de Antonioni, ya que refleja lo que éste definió como incomunicabilità: la insatisfacción de una persona de clase media hacia todo lo que le rodea (amigos, familia, comodidades...), hacia una sociedad que no le ofrece lo que quiere, porque no sabe lo que quiere. Harry desprecia la vida y no deja de rondarle por la mente la idea de un suicidio que acabe con su sufrimiento. Además, es un hombre entre dos mundos: el decimonónico, de los Gymnasium, la cultura elitista y del elevado idealismo alemán; y el de los años veinte, "los felices" y alocados, del jazz, las francachelas, el vivir el instante... En este último ambiente lo iniciará Armanda, mujer de compañía, también insatisfecha con lo que le ha tocado vivir. En la historia de Harry se muestra el problema de cuál es el fin de la vida, cuál el papel del hombre en ella, y las contradicciones que todo ser humano lleva dentro.

En mi opinión, la fama de El lobo estepario es merecida y comprensible su influencia, dada su carga filosófica. En cuanto a su parte más formal, la estructura en cuatro partes es original (con cambio de voz narradora, de la primera a la segunda parte); el estilo literario de Hesse --al menos por lo que se puede sacar de la traducción-- es correcto sin más: la calidad del libro está sólo en su contenido.

martes, 25 de marzo de 2008

Recordando a Claudio Rodríguez


Ahora que, al menos por calendario, hemos entrado en la primavera, me han venido a la mente, de inmediato, algunos de los versos que más me entusiasman del zamorano Claudio Rodríguez, poeta andariego, amante de la naturaleza, cuya capacidad de contemplación y de reflexión tomó cuerpo en forma de gozosa poesía. Este tiempo de marzo era muy de su gusto, pues es propicio para el paseo campestre y la interiorización del espectáculo de la vida que renace. Sin duda, Claudio Rodríguez es uno de los grandes poetas españoles, y uno de mis preferidos

El siguiente poema pertenece a su primera obra, magnífica, Don de la ebriedad, la cual escribió a los 19 años, llevando el Premio Adonais de 1953 (el único poeta que lo ha ganado por unanimidad del jurado)



(Con marzo)


Lo que antes era exacto ahora no encuentra
su sitio. No lo encuentra y es de día,
y va volado como desde lejos
el manantial, que suena a luz perdida.
Volado yo también a fuerza de hambres
cálidas, de mañanas inauditas,
he visto en el incienso de las cumbres
y en mi escritura blanca una alegría
dispersa de vigor. ¿Y aún no se yergue
todo para besar? ¿No se ilimitan
las estrellas para algo más hermoso
que un recaer oculto? Si la vida
me convocase en medio de mi cuerpo
como el claro entre pinos a la fría
respiración de luna, porque ahora
puedo, y ahora está allí... Pero no: brisas
de montaraz silencio, aligeradas
aves que se detienen y otra vez
su vuelo en equilibrio se anticipa.

Lo que antes era exacto, lo que antes
era sencillo: un grano que germina,
de pronto. Cómo nos avanza el solo
mes desde fuera. Huele a ti, te imita
la belleza, la noche a tus palabras
--tú sobre el friso de la amanecida.
¡Y que no pueda ver mi ciudad virgen
ni mi piedra molar sin golondrinas
oblicuas despertando la muralla
para saber que nada, nadie emigra!

Oh, plumas timoneras. Mordedura
de la celeridad, mal retenida
si el hacha canta al pájaro cercenes
de últimos bosques y la tierra misma
salta como los peces en verano.
Yo que pensaba en otras lejanías
desde mi niebla firme, que pensaba
no aparte de la cumbre, sino encima
de la ebriedad. Así... ¡me bastaría
ladear los cabellos, entreabrir
los ojos, recordarte en cualquier viña!
Rugoso corazón a todas horas
brotando aquí y allá como semilla,
óyelo bien: no tiemblo. Es la mirada,
es el agua que espera ser bebida.
El agua. Se entristece al contemplarse
desnuda y ya con marzo casi encinta.
De qué manera nos devuelve el eco
las nerviaciones de las hojas vivas,
la plenitud, el religioso humo,
el granizo en asalto de avenidas.
Algo hay que mantenr para los tiempos
mientras giren las ruecas idas. Idas.
Ah, nombradla. Ella dice, ella lo ha dicho.
¡Voz tanteando los labios, siendo cifra
de los ensueños! Ya no de esta bruma,
ya no de tardes timoneras, limpia
del inmortal desliz que va a su sitio
confundiendo el dolor aunque es de día.


Claudio Rodríguez, Don de la ebriedad.

viernes, 21 de marzo de 2008

Alfonso Guerra y el socialismo

En un comentario a la entrada anterior se me cuestionaba la contribución al socialismo de Alfonso Guerra y del grupo sevillano. Sirvan estos fragmentos de una entrevista realizada a Guerra como muestra de su gran papel en la renovación del socialismo español y de su pasión socialista. Para saber más, recomiendo la lectura de sus memorias (que ya he comentado en una entrada anterior: "Una persona ejemplar"). Además, obras como su Diccionario de la izquierda son prueba de su atención al plano teórico.

martes, 11 de marzo de 2008

Vientos del pueblo

En una entrada anterior, dije esperar que en las elecciones se demostrase que España no es "un pueblo de bueyes". La victoria del PSOE, aunque no tan contundente como me habría gustado, sí que ha mostrado que la mayoría ("simple") del pueblo español no se deja manipular por los falaces discursos de esa derecha tan reaccionaria. Por ello, y porque siempre es un placer volver a los versos del gran Miguel Hernández, he decidido publicar este poema (el cual, por cierto, podría ser un digno himno para el pueblo español; aunque si así fuera no tardaría en ser manipulado)

Vientos del pueblo

Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos;
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su poderosa zarpa.

No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.

¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién al huracán puso
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala.
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra:
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

Miguel Hernández. "Vientos del pueblo me llevan", en Viento del pueblo.

Estamos de enhorabuena: el PSOE vuelve a ganar las elecciones


Estamos de enhorabuena, sí señor. Y no lo digo sólo por ser socialista, sino porque de buena nos hemos librado. La victoria electoral del PSOE supone la continuidad de un proyecto que ha dado sus frutos ya en la pasada legislatura y también el seguir una línea --la de José Luis Rodríguez Zapatero, guste o no-- de hacer política basada en el diálogo y los buenos modos. El PP, en cambio, no presentó programa alguno: sólo crispación, agresividad, rencor y ataques muy graves contra el gobierno a diestro y siniestro, y discursos de extrema derecha que recordaban malos tiempos pasados.

Buena muestra de la rabia de los peperos fue el comportamiento amenazante y despectivo que mantuvieron un peligroso grupo de simpatizantes contra periodistas del grupo PRISA delante de la sede del PP en la calle Génova de Madrid. Yo lo escuché todo por la radio y fue vergonzoso. Les insultaron, amagaron conagredirles y luego, cuando Francino les pidió que le explicaran en antena lo que le enrabietaba de tal manera sólo dos se atrevieron a hablar y no dijeron más que memeces tales como que el PSOE iba a "romper España" o que la SER había mentido... Eran unos fanáticos, que se han ido creciendo durante estos cuatro años por culpa de los discursos incendiarios del PP.

Por eso hoy estamos de enhorabuena. Toda España. Ha vencido la honestidad y el partido que sí quiere trabajar en favor de todos los españoles. El PSOE ha sido fundamental en la historia más reciente de España,ayudando a afianzar la democracia y contribuyendo más que ningún otro partido al desarrollo del país en términos sociales, económicos y de libertades. Y deseo que así siga siendo.
P.S. Me dio pena que IU perdiese su grupo parlamentario. Es una formación histórica y, por votos, merecía más, ya que representa a más españoles que las fuerzas nacionalistas. Sobre todo me fastidió por Llamazares, que me parece buena gente. Pero hay que reconocer que la campaña de IU fue malísima. Deberán replantearse muchas cosas, y hacer limpieza dentro del partido: hay personajes nefastos que deben ir dejando paso a los jóvenes y parar de hacerle la cama a su líder (como Frutos y otros que no pararon de minar la posición de Llamazares).

domingo, 2 de marzo de 2008

"Soberano Alcínoo, ilustre entre todos los hombres,
en verdad es esto hermoso, escuchar a un aedo
tal cual éste es, en su voz semejante a los dioses.
Pues yo afirmo que no hay otra cosa más agradable
que cuando la alegría posee a todo el pueblo
y los comensales en sala escuchan al aedo,
sentados uno junto a otro en fila, y al lado las mesas [están llenas
de pan y carnes, y de la crátera sacando vino
el copero lo lleva y lo vierte en las copas;
me parece en mis mientes que eso es lo más hermoso."
Odisea, IX, 3.