Homo sum et nihil humanum a me alieno puto

viernes, 6 de noviembre de 2009

Recordando Barrio Sésamo

Acabo de enterarme que Barrio Sésamo celebra hoy su cuadragésimo aniversario. ¡Qué recuerdos! Epi y Blas, el Monstruo de las galletas, Coco... Y, en españa, Espinete y don Pimpón. Ése sí que era un programa infantil de calidad: enseñaba y divertía de forma sana e inteligente.
Por Barrio Sésamo.


martes, 6 de octubre de 2009

Canto I de la Divina Comedia (recital de Benigni)

Hace unos años, Roberto Benigni realizó un conmovedor recital de la Commedia de Dante Alighieri en la Piazza della Santa Croce de Florencia, escenario privilegiado para la evocación de la ciudad dantesca y del espíritu de su tiempo. El italiano (florentino) de Dante (de finales del Duecento y comienzos del Trecento) resulta difícil de comprender incluso para los italianos, pero quien sepa italiano entenderá fragmentos. De todas formas, estos versos sublimes (en terceto encadenado) transmiten una gran fuerza, emotividad y sofisticación con su sola musicalidad.
"Nel mezzo del cammin di nostra vita
mi ritrovai in una selva oscura
che la diritta via era smarrita..."


jueves, 3 de septiembre de 2009

El desprecio de Jean-Luc Godard (Le mépris, 1963).

El laberinto del amor como esencia de la vida, la tragedia de quien es amante. Así se podría definir esta película, El desprecio (Le mépris), una de las más famosas de Jean-Luc Godard, destacadísimo representante de la corriente cinematográfica francesa conocida como Nouvelle Vague que rompió con todos los esquemas preconcebidos del mundo del cine en la década de los 60, tanto a través de sus films como de su revista Cahiers du Cinema.
Sin ser un experto ni mucho menos en la Nouvelle Vague ni en Godard (es la primera de sus películas que veo; por cierto en versión original subtitulada, para mayor disfrute), Le mépris me parece una obra de un carácter muy intelectual en su contenido y, en el ámbito formal, de pretensión rupturista. Es verdaderamente simbólico que la película empiece con una escena en la que se presenta el trabajo de un equipo de grabación (esto es, la "trastienda" de todo rodaje, lo que no se debe ver), mientras una voz en off le revela los créditos al espectador. En la siguiente escena (una escena de cama), en la que se presenta a los dos protagonistas -la pareja encarnada por Michel Piccoli y Brigitte Bardot-, el director juega con las tonalidades de la imagen, sometida a un solo color graduado (azul, amarillo, rojo...). Además, en la película todo gira en torno a un rodaje en el que se versiona la Odisea según la opinión de que Ulises y Penélope han dejado de quererse, llegando incluso a ser despreciado el primero por la segunda. Esto es lo que opina el tiránico productor (Jack Palance) y el personaje de Piccoli, que es su guionista, y quien vive en sus carnes el sabor del desprecio por parte de su mujer Camille (Brigitte Bardot). Haciendo de sí mismo, el gran Fritz Lang es el director de esa Odisea surrealista y el único personaje cuerdo y sincero, del que se diría que ha alcanzado la sabiduría vital.
Basada en la homónima novela del neorrelista italiano Alberto Moravia, El desprecio narra cómo un malentendido, acrecentado por la desilusión mútua, lleva a la autodestrucción de una joven pareja. Ella se siente abandonada por él; él despreciado por ella. Y el desprecio acaba por triunfar, así como un final trágico, fruto de la incompresión. En este aspecto, la película me recordó a la famosa incomunicabilità que caracteriza a los personajes femeninos de Antonioni (del que ya he hablado en este blog). La música del film, por cierto, de Georges Delerue, es bellísima.

miércoles, 22 de julio de 2009

Discurso de Antonio en el Julio César shakespeariano

Aquí os dejo una de mis escenas favoritas dentro de las más memorables de la historia del cine: el discurso de Antonio en el funeral de César, momento crucial del Julio César de William Shakespeare llevado al cine por Joseph L. Mankiewicz en 1953. La interpretación de Marlon Brando es magistral; sólo este monólogo lo sitúa como uno de loas actores más grandes de la historia, a la altura que merecen las magníficas palabras surgidas del genio de Shakespeare. ¡Qué gran demagogo es el Antonio shakespeariano!


L'amitié, de Françoise Hardy

Una bellísima canción interpretada por una bellísima mujer.

viernes, 3 de julio de 2009


"Después de comer alcachofas el agua tiene un sabor azul."


Ramón Gómez de la Serna. Greguerías.

sábado, 27 de junio de 2009

El Gatopardo


Hay pocas satisfacciones como la del descubrimiento y lectura sosegada de un clásico y la paralela comprensión de su universalidad. El buen lector alcanza, entonces, un estado de plenitud. Así me hallé yo durante la lectura de una novela que hacía tiempo que quería leer, pero para la que esperaba el momento idóneo. Estoy hablando de El Gatopardo (Il Gattopardo), capolavoro de Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957) y una de las obras maestras de la literatura del siglo XX. Así que no me he resistido a comentar algunos aspectos de ella.

En primer lugar, hay que desterrar totalmente el recuerdo que se tenga de la adaptación cinematográfica realizada por Luchino Visconti en 1963: acertada en el reparto (Burt Lancaster es la viva imagen del príncipe de Salina), la película resulta, por lo demás, lenta, larga y muy superficial. Cuando se habla de El Gatopardo se suele pensar en el film, traspasándose la opinión habida de una a otra, en un acto de suma injusticia.

El Gatopardo es la historia del fin de una época, de los restos del poder aristocrático y feudal en Sicilia y de los modos de vida y claves que lo regían y su fin con el proceso de unificación italiana que conllevó el triunfo de los liberalismos y, en concreto, el ascenso de la burguesía, con sus nuevas reglas.
Ese fin de una época --presentado con ironía y nostalgia a un tiempo por Lampedusa, centrándose en el devenir de una familia noble, los Salina, y, sobre todo, en su cabeza, el príncipe don Fabrizio (trasunto de su bisabuelo)-- es el marco tomado por el autor para realizar, a través de don Fabrizio, un conjunto magistral de reflexiones acerca del sentir de la aristocracia, pero asimismo (y sobre todo), acerca de la condición humana y del ser siciliano. Véase cuando al final del capítulo 4 don Fabrizio le explica a Chevalley (enviado del reino del Piamonte a Sicilia para convencer al príncipe de que acepte ser senador) que los sicilianos no gustan de los cambios, sino que quieren mantenerse en un inmóvil sueño de perfección, inmune a las influencias de todos los pueblos que les han gobernador durante su historia. Don Fabrizio, además, está moralmente comprometido con el viejo régimen, a pesar de aceptar el nuevo para sobrevivir a él sin sobresaltos. El príncipe de Salina toma como válido el lema de su querido sobrino Tancredi: "Para que todo siga igual es preciso que todo cambie"; los Salina serían siempre los Salina, aunque Tancredi se case con la bella hija del despreciable y codicioso, pero rico burgués, don Calogero. Y, sin embargo, don Fabrizio comprenderá, antes de morir, que se había equivocado y que su mundo había desaparecido, ante su intencionada pasividad. Como noble, el príncipe de Salina., encarnación del Gatopardo, símbolo heráldico de su familia, aunque inteligente, orgulloso y seductor, había vivido toda su vida sólo para sí mismo.

La prosa de Lampedusa está llena de lirismo y elegancia (tanto que tengo ganas de leerla en italiano), sin duda deudores de sus muchas lecturas de los autores franceses del XIX, como Stendhal. Ello, unido a su capacidad recreadora, a su penetración psicológica en los personajes y a su agudeza reflexiva, hacen, a mi juicio, de El Gatopardo una obra maestra que, a pesar de estar reconocida, pienso que hoy ha vuelto a ser un tanto relegada. Yo mismo, aun habiendo leído grandes alabanzas de la novela, me sorprendí gratamente con la frescura de su estilo y desarrollo, y desde el comienzo de su lectura me fascinó. El Gatopardo está entre mis obras imprescindibles, y me reafirma en la idea de que es en la literatura italiana del siglo XX en la que más a gusto me encuentro al hallar en ella un mundo muy cercano y unos vínculos muy fuertes con mi forma de entender la vida y la literatura.

¡Y pensar que esta obra fue rechazada en su momento por las más importantes editoriales italianas y que sólo el fino gusto de Giorgio Bassani y su determinación de que se publicase pudieron hacerla ver la luz, con la colaboración del editor Feltrinelli!. Es una lástima que Lampedusa no llegara a ver su gan obra publicada, al morir en 1957, un año antes de que esto sucediese.

jueves, 25 de junio de 2009


¡¡¡Una limonada en el Café Orquídea cumple hoy dos años y un mes, gozando de buena salud gracias no asólo a mí, su blogero, sino a todos vostros, estimados lectores, conocidos o anónimos, comentadores o silenciosos!!!.

martes, 19 de mayo de 2009

A Benedetti, in memoriam



En recuerdo del recientemente fallecido Mario Benedetti, poeta del amor, de la sencillez, del juego verbal y del acontecer cotidiano, dejo aquí uno de sus poemas más conocidos:
TÁCTICA Y ESTRATEGIA


Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.

Mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible.

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos.

Mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos.

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple.

Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

domingo, 17 de mayo de 2009

Ramón Piñeiro, Letras Galegas 2009


Neste últimos escoitei a miúdo a descreída e moitas veces despectiva opinión de que se lle adicaba o Día das Letras Galegas a figuras de pouca envergadura intelectual tal e como amosaba o descoñecemento que se tiña delas. Tal afirmación, ademais de revelar unha tremenda ignorancia, xustificaba máis ca nunca a celebración dunha festa de exaltación da creatividade literaria galega, nacida en 1964 co fin de recordar a calidade dunha cultura por entón esquecida e denostada. Hoxe, coa homaxe que se lle fai a Ramón Piñeiro (Láncara, 1915-Santiago, 1990), penso que esas infames ideas de que xa non quedan literatos ou intelectuais galegos mortos dignos de recordo quedan totalmente desarmadas.

Ramón Piñeiro exemplifica mellor ca ningún outro a altura da intelectualidade galega e galeguista que soubo manter a dignidade da nosa lingua e da cultura popular durante os tempos da castrante dictadura franquista, ó mesmo tempo que desenrolaba unha laboura de concienciación da mocidade galega universitaria, abríndolle as portas das correntes intelectuais europeas. É moi significativo o feito de que Piñeiro traduciu ó galego a Heidegger. ¡Cantas fructíferas reunións se produciron entre os vellos e os novos galeguistas no piso que García-Sabell lle cedera a Piñeiro no número 15 da mítica rúa Xelmírez de Compostela! Toda a Xeración das Festas Minervais (Franco Grande, García Bodaño, López-Casanova, Méndez Ferrín, Casares, Bernardino Graña, Paco Carro...) pasou por ese piso nos sesenta. Ademais, Piñeiro foi cofundador de dúas das máis importantes canles de expresión do galeguismo cultural, a editorial Galaxia e a revista Grial. Asemade, destacouse coma un destacado cultivador do ensaio filosófico, afondando na idea da "saudade", tan propia do mundo luso-galaico.
Xa na democracia, Ramón Piñeiro foi o impulsor de que tódolos partidos asumisen principios galeguistas, para evitar que a cultura galega fose identificada cun só partido e sofrise, con calquera posible cambio político que acaecese no futuro, a persecución da que fora obxecto nos corenta anos anteriores. Criticouselle moito por isto dende posicións nacionalistas, pero o certo é que, gracias a esa opción, hoxe a cultura galega é patrimonio común de tódolos galegos, a diferencia do que pretende, por exemplo, o PNV coa vasca.

Hoxe sinto unha gran ledicia de que se lle recoñeza en toda Galicia a Ramón Piñeiro a súa gran contribución á digna consideración da cultura galega e á vinculación da súa intelectualidade con Europa. Figuras como a súa son un orgullo para tódolos galegos e demostran que, por pequena que sexa a súa comunidade de falantes, unha lingua e a súa literatura poden teren figuras comparables ás de calquera gran literatura mundial; heroes da fala nos tempos do silencio.

miércoles, 29 de abril de 2009

L'amitié y Las invasiones bárbaras

Esta bella canción, L'amitié, interpretada en 1965 por la también bellísima Françoise Hardy (de la que me he enamorado, claro, pues es el tipo de mujer que a mí me gusta, ver infra), la he conocido hoy mismo (aunque ya me sonaba, como su cantante, por mis padres) y me ha encantado, como era de esperar en un romántico como yo. Es uno de los temas que aparecen en una magnífica película que he visto hoy, Las invasiones bárbaras (de Denys Arcand, 2003), producción franco-canadiense que recomiendo encarecidamente.
El argumento de la película es el siguiente: La grave enfermedad de un sexagenario profesor universitario de Historia canadiense (interpretado por un gran Rémy Girard) hace que se reúnan con él su ex-mujer y sus más íntimos amigos llamados por su hijo, circunstancia que lleva a un continuo brote de reflexiones y recuerdos en gratas charlas entre ellos, hombres y mujeres de izquierdas pertenecientes a la generación de finales de los 60, a la de Mayo del 68. Todos hablan con alegría de los momentos pasados juntos, pues aman la vida plenamente y recuerdan entre risas sus obstinaciones de juventud (es muy bueno el momento en que enumeran los "ismos" por los que pasaron en función de sus lecturas: existencialismo, marxismo-leninismo, maoísmo, situacionismo, descontruccionismo...) o tratan con naturalidad y humor sus sueños eróticos adolescentes, etc. La película presenta una reflexión muy vitalista de la vida, con la que me he sentido identificado, así como un verdadero canto a la amistad y el amor (de ahí el tema de L'amitié) y a las a veces difíciles relaciones entre padres e hijos. Asimismo, la pélícula es un íntimo retrato de las generaciones de izquierdas de los 60 y 70, que, teniendo a la cultura progresista francesa como referencia, fueron muy imaginativas, creativas, y rompieron con tabúes sociales (tomando el sexo con naturalidad, por ejemplo) y recibieron con espíritu abierto lo que la vida y el mundo les ofrecían. Además, supieron madurar sin perder sus ideales. Una de esas generaciones es la de mis padres, que para mí siempre han sido fuente de inspiración para mi posicionamiento ético y vital.





L'AMITIÉ



Beaucoup de mes amis sont venus des nuages
Avec soleil et pluie comme simples bagages
Ils ont fait la saison des amitiés sincères
La plus belle saison des quatre de la terre



Ils ont cette douceur des plus beaux paysages
Et la fidélité des oiseaux de passage
Dans leur coeur est gravée une infinie tendresse
Mais parfois dans leurs yeux se glisse la tristesse



Alors, ils viennent se chauffer chez moi
Et toi aussi tu viendras

Tu pourras repartir au fin fond des nuages
Et de nouveau sourire à bien d'autres visages
Donner autour de toi un peu de ta tendresse
Lorsqu'un un autre voudra te cacher sa tristesse

Comme l'on ne sait pas ce que la vie nous donne
Il se peut qu'à mon tour je ne sois plus personne
S'il me reste un ami qui vraiment me comprenne
J'oublierai à la fois mes larmes et mes peines


Alors, peut-être je viendrai chez toi
Chauffer mon coeur à ton bois.



"Muchos de mis amigos han venido de la nubes / con sol y lluvia como único equipaje. / Han hecho de la estación de las amistades sinceras / la más bella estación de las cuatro de la tierra. // Tienen esa dulzura de los más bellos paisajes / y la fidelidad de las aves migratorias. / En sus corazones está grabada una infinita ternura, / pero a veces en sus ojos se refleja la tristeza. // Entonces, vienen al calor de mi casa // y tú también vendrás. // Podrás volver a lo más profundo de las nubes / y de nuevo sonreír a muchos otros rostros. / Dar a tu alrededor un poco de tu ternura / cuando otro quiera ocultarte su tristeza. //Como no sabemos lo que la vida nos depara / puede ser que a mi vez yo no sea nunca más alguien. / Si me queda un amigo que realmente me comprenda / olvidaré a la vez mis lágrimas y mis penas. // Entonces, quizás vendré a tu casa / a calentar mi corazón con tu leña."

lunes, 20 de abril de 2009

Romance del Conde Niño

Conde Niño, por amores
es niño y pasó a la mar;
va a dar agua a su caballo
la mañana de San Juan.
Mientras el caballo bebe
él canta dulce cantar;
todas las aves del cielo
se paraban a escuchar;
caminante que camina
olvida su caminar,
navegante que navega
la nave vuelve hacia allá.
La reina estaba labrando,
la hija durmiendo está:
-Levantaos, Albaniña,
de vuestro dulce folgar,
sentiréis cantar hermoso
la sirenita del mar.
-No es la sirenita, madre,
la de tan bello cantar,
sino es el Conde Niño
que por mí quiere finar.
¡Quién le pudiese valer
en su tan triste penar!
-Si por tus amores pena,
¡oh, malhaya su cantar!,
y porque nunca los goce
yo le mandaré matar.
-Si le manda matar, madre
juntos nos han de enterrar.
Él murió a la media noche,
ella a los gallos cantar;
a ella como hija de reyes
la entierran en el altar,
a él como hijo de conde
unos pasos más atrás.
De ella nació un rosal blanco,
de él nació un espino albar;
crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar;
las ramitas que se alcanzan
fuertes abrazos se dan,
y las que no se alcanzaban
no dejan de suspirar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar;
della naciera una garza,
dél un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
juntos vuelan a la par.


La versión cantada por Paco Ibáñez es hermosísima. Así conocí yo este romance, buena muestra de la riqueza de la creación popular española tradicional.

domingo, 19 de abril de 2009

Amores, en recuerdo de Mari Trini

AMORES

Amores se van marchando
como las olas del mar.
Amores los tienen todos
pero quién los sabe cuidar.

El amor es una barca
con dos remos en el mar.
Un remo aprietan mis manos,
el otro lo mueve el azar.

Quién no escribió un poema
huyendo de la soledad,
quién a los quince años
no dejó su cuerpo abrazar,
y quién cuando la vida se apaga
y las manos tiemblan ya,
quién no buscó ese recuerdo
de una barca naufragar.

Amores se vuelven viejos
antes de empezar a amar,
porque el amor es un niño
que hay que enseñar a andar.

El amor es como tierra
que hay que arar y sembrar.
Míralo al caer la tarde,
que no lo vengan a pisar.

Quién no escribió un poema
huyendo de la soledad,
quién a los quince años
nodejó su cuerpo abrazar,
y quién cuando la vida se apaga
y las manos tiemblan ya,
quién no buscó ese recuerdo
de una barca naufragar.


Mari Trini, "Amores".
In memoriam.
He resaltado en negrita los versos que más me gustan. Es muy cierto eso de escribir para escapar de la soledad, o bien para reflexionar o profundizar en ella.

miércoles, 8 de abril de 2009

Cristo se detuvo en Éboli


"Cristo se detuvo en verdad en Éboli, donde la carretera y el tren abandonan la costa de Salerno y el mar y se adentran por las desoladas tierras de Lucania. Cristo nunca llegó állí ni tampoco el tiempo ni el alma individual ni la esperanza ni la relación entre las causas y los efectos, la razón y la Historia. (...) Nadie tocó aquella tierra sino como conquistador o enemigo o visitante incomprensivo. Las estaciones pasan por sobre la fatiga campesina, hoy como tres mil años antes de Cristo: ningún mensaje humano ni divino se ha dirigido a esa pobreza refractaria. (...) esa tierra es obscura, sin pecado y sin redención, donde el mal no es moral, sino un dolor terrenal que está para siempre en las cosas. Cristo no bajó. Cristo se detuvo en Éboli". (p.10).


Cristo se detuvo en Éboli (Cristo si è fermato a Eboli), es el relato de las vivencias de su autor, el pintor y escritor Carlo Levi, en dos pueblos de la Lucania, Grassano y sobre todo Gagliano, en donde estuvo desterrado por el régimen fascista durante los años 1934 y 1935. Emotivo, profundo y solidario es este relato, como el propio Levi, humanista, izquierdista y hombre bondadoso que se conmueve con la pobreza extrema y las duras condiciones de vida de unos campesinos lucanos a los que les es extraño el progreso técnico, la civilización moderna y el propio Estado, enemigo que los ha condenado al olvido, al sufrimiento cotidiano en la nada. De esos campesinos, cercanos en sus costumbres a los pobladores de un Mediterráneo muy arcaico, y de su paisaje, hace Levi un retrato hermoso y crudo, dolorosamente real y tierno a un tiempo, que presenta en toda su dimensión las terribles condiciones de vida de los mismos y su sometimiento a un tremendo destino. Quizá por su vocación pictórica, Carlo Levi describe con gran poesía paisajes, personas y situaciones y alcanza lo más porfundo de su ser: la ilusión de unos niños enfermizos que han de madurar demasiado pronto, la belleza antigua y recia de las mujeres, la resignación de los hombres, su hospitalidad a pesar de su miseria y su agradecimiento por las pequeñas atenciones que Levi les dispensaba como médico ("Me habían preparado la mejor comida, leche y queso fresco, y me la ofrecieron nada más llegar, con esa antigua hospitalidad no servil que pone a los hombres en pie de igualdad", p. 260)... Asimismo, el autor, con gran agudeza revela la ruindad, avaricia y estupidez de los señores locales (el alcalde, los médicos, el arcipreste...), así como se muestra un lúcido analista de los males que sumirán al sur de Italia en el futuro, a pesar del cambio de régimen, dada la indiferencia hacia los campesinos de los políticos, ocupados tan sólo del culto al Estado.


Me ha calado muy hondo lo relatado por Carlo Levi, su experiencia en esas tierras paupérrimas y sus bondadosos y solidarios sentimientos y reflexiones acerca de sus habitantes. Durante la lectura me he sentido muy identificado con Levi, con el que comparto un mismo sentir por la vida y por los desfavorecidos, y, sin duda, pasa a ser, junto con su obra, un referente para mí. Esta bellísisma historia -más si cabe por ser verídicos sus personajes y situaciones- es ya una de mis preferidas e imprescindibles.



jueves, 26 de marzo de 2009

La democracia


"Tenemos un régimen político que no emula las leyes de otros pueblos, y más que imitadores de los demás, somos un modelo a seguir. Su nombre, debido a que el gobierno no depende de unos pocos sino de la mayoría, es democracia. En lo que concierne a los asuntos privados, la igualdad, conforme a nuestras leyes, alcanza a todo el mundo, mientras que en la elección de los cargos públicos npo anteponemos las razones de clase al mérito personal, conforme al prestigio de que goza cada ciudadano en su actividad; y tampoco nadie, en razón de su pobreza, encuentra obstáculos debido a la oscuridad de su condición social si está en condiciones de prestar un servicio a la ciudad. En nuestras relaciones con el Estado vivimos como ciudadanos libres... (II, 37, 1-2)

...prestamos obediencia a quienes se suceden en el gobierno y a las leyes, y principalmente a las que están establecidas para ayudar a los que sufren injusticias... (II, 37, 3)

...Amamos la belleza con sencillez y el saber sin relajación. Nos servimos de la riqueza más como oportunidad para la acción que como pretexto para la vanagloria, y entre nosotros no es motivo de vergüenza reconocer su pobreza, sino lo es más bien no hacer nada por evitarla. Las mismas personas pueden dedicar a lavez su atención a sus asuntos particulares y a los públicos, y gentes que se dedican a diferentes actividades tienen suficiente criterio respecto a los asuntos públicos (...) y nosotros en persona cuando menos damos nuestros juicio sobre los asuntos, o los estudiamos puntualmente". (II, 40, 1-3).



Fragmentos del Discurso fúnebre de Pericles.
Tucídides de Atenas, Historia de la Guerra del Peloponeso.




El espíritu de la democracia está magistralmente plasmado en esta reconstrucción tucidídea del discurso dado por Pericles en honor de los atenienses caídos en el primer año de guerra contra la Liga peloponesia. Las palabras que Tucídides pone en boca del líder ateniense tiene una gran fuerza e invitan a la reflexión acerca de las líneas fundamentales que siempre debe seguir un régimen democrátrico. Me gustaría resaltar cómo defiende la valía personal y no el linaje o la posición social como criterio para valorar a una persona y cómo resalta que hay que respetar sobre todo las leyes instituidas para proteger a los más débil, a los que sufren injusticias. Este principio de solidaridad -retomado por el socialismo en nuestro mundo contemporáneo- jamás debe ser olvidado; y con más razón hoy en día, con el abominable neoliberalismo sin rival y triunfante (bueno, ahora más bien apuradillo porque sus teorías se ve que han llevado a la crisis del modelo capitalista).
El Discurso fúnebre de Pericles debería ser lectura obligatoria en todoslos colegios e institutos. Por ejemplo, en la asignatura de Educación para la ciudadanía. ¡Qué grandes eran estos griegos!

miércoles, 11 de febrero de 2009

La muerte de Acteón


Acteón, nieto de Cadmo, fue educado por el civilizado centauro Quirón, quien le enseñó el arte de la caza. Un día que estaba de caza en el monte Citerón vio fortuitamente a la diosa Ártemis desnuda, mientras ésta se bañaba en un manantial. La diosa lo descubrió y, furiosa, convirtió a Acteón en ciervo, siendo devorado al instante por sus perros. Éstos, una vez muerto su dueño, sin saber que lo habían matado, lo buscaron en vano, vagando y vagando desconsolados hasta llegar a la cueva donde moraba Quirón. El centauro, apiadándose de los perros, modeló una figura semejante a Acteón para que no lo echasen de menos. Esta hermosa representación de la muerte de Acteón es, a la vez, una imagen terrible, en la que se aprecia la furia de Ártemis y el dolor de Acteón.

jueves, 5 de febrero de 2009

"Dos linajes solos hay en el mundo,
como decía una agüela mía,
que son el tener y el no tener"

Miguel de Cervantes. Don Quijote de laMancha, II, 20.

domingo, 1 de febrero de 2009

Arredor de si.


En ocasións, para que unha obra que fala da terra propia sexa sentida fondamente hai que lela lonxe da casa. Asi me sucedeu a min coa novela do gran Otero Pedrayo Arredor de si. Nela, don Ramón presenta o proceso polo que Adrián, un xove licenciado en Filosofía e Letras e fillo da pequena fidalguía do interior de Galicia chega a recoñecer a súa identidade galega, despois de tela buscado nos libros e nas paisaxes de Castela, Madrid e Europa. Escrita en 1930, a novela é unha mostra do que o propio Otero Pedrayo e os seus compañeiros da Xeración Nós experimentaron: intelectuais que comezaron buscando fóra a novidade, o xenuíno, e que o atoparon finalmente na propia terra. Marabillados pola esencia da Galicia, da súa terra, da súa cultura tradicional, das súas xentes, os integrantes do grupo Nós (Castelao, Otero Pedrayo, Risco, os Vilar Ponte...) quixeron dignificar a imaxe e o ser dos galegos e se volcaron en ensalzar o seu maior tesouro: a súa lingua. O personaxe de Adrián non é senón a trasunto destes galeguistas. Lendo a novela, ademais de deleitarse un coa tan poética prosa de Otero Pedrayo e co seu galego xenuíno e vivaz, é inevitable sentir un fondo amor pola nosa Galicia e orgullo. Eu non son nacionalista, pois creo no cosmopolitismo e nun concepto universal do ser humano, pero si son galeguista e amo a terra que me viu nacer. Na novela hai momentos moi emotivos: cando o moribundo tío-avó crego de Adrián lle pide que lle ensine o mapa de Galicia, ou cando en auto Adrián se reencontra con Galicia e sinte a universalidade de Santiago.

Esta novela é boa mostrar dos magníficos froitos que deu a fecunda intelectualidade galega antes da Guerra Civil; unha intelectualidade que durante o franquismo soubo refacerse e pasar a testemuña á seguinte xeración (a das festas Minervais, de Franco Grande, García Bodaño, Bernardino Graña, Méndez Ferrín, Arcadio López-Casanova...).

domingo, 25 de enero de 2009

Mañá da miña rúa

Entrou a mañá no meu pobo
tan limpa, tan redonda e pura
como unha mazá
sobre un espello.

Hoxe, a miña rúa está aberta.

¿Xogan os anxos
nas cornisas das casas?

Ela foi a primeira que pasou
cos seus ledos cadrís:
dous cachos de luz combados abalábanse
sobre un negro tenro.
As ventás, despertas,
ollábana caladas, ditosas.

Dúas raparigas loiras páranse,
unha no sol, outra na sombra.
Ouro tenro dos seus brazos,
prata donda dos seus ombros.

Agora, un obreiro pasa
cun espello enriba da súa cabeza.
Il non sabe que se vai levando
o ceo e unhas nubes brancas.

Alónxanse, alónxanse...
E pola pulida prata
esvaran a luz i a sombra.
Torbeliño brillante, veloz...
un neno en bicicleta.

A rúa remata lonxe,
coma se fose ó mar.
O neno pérdese.

Luís Pimentel. Sombra do aire na herba (1959).

jueves, 22 de enero de 2009

El mar. La mar.

El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!

¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?

¿Por qué me desenterraste
del mar?

En sueños, la marejada
me tira del corazón.
Se lo quisiera llevar.

Padre, ¿por qué me trajiste
acá?

Rafael Alberti. Marinero en tierra (1924).