Homo sum et nihil humanum a me alieno puto

lunes, 23 de julio de 2007


Como supongo que todos sabréis hace unos días el juez Del Olmo (no, no compartimos ningún parentesco; se nota ¿no?) mandó "secuestrar" la edición del semanario satírico "El Jueves" por esta portada. Y la cosa va a traer cola, pues, además, se ha bloqueado, por decisión judicial, el acceso a la página web de la revista y, según las últimas noticias, el dibujante y el guionista implicados en el diseño de la portada están llamados a declarar en la Audiencia Judicial.

La decisión el juez ha levantado mucha polémica, y con razón: lo que ha hecho recuerda al más puro y duro franquismo. ¡Manda narices que en plena democracia se atente de forma tan evidente contra uno de los derechos fundamentales del ciudadano: la libertad de expresión! Pero ha pasado, y ha sido en España.


Últimamente nos hemos vanagloriado mucho de lo ejemplar que fue la Transición española. Fue un proceso que nos llevó a la democracia y en la que los verdaderos demócratas dieron la cara y renunciaron a objetivos particulares en pos de la paz social (sobre todo la izquierda). Y salió bien. eso, sin embargo, no implica que fuese un proceso perfecto.


La polémica que estos días se ha levantado es herencia de los fallos y las rémoras que nos legó la Transición. Es bien sabido que --a diferencia de otras democracias europeas, como la a veces tan vilipendiada Italia-- en este país no se sometió a referéndum (esto es, a la voluntad popular, soberana) la continuidad o no de la monarquía (una monarquía, por cierto, que había sido acunada por el propio Franco). En vez de eso, se nos "coló" como parte indivisible del proceso democrático.


En virtud de la Constitución de 1978, la monarquía es inviolable; no se puede atentar de palabra u obra contra ella. No discutimos eso. El problema es saber dónde se halla el límite y, aún peor, dónde se pondrán el límite quienes se quieran erigir como defensores de la monarquía en tanto que pilar del Estado. Huele a levantamiento militar decimonónico, ¿verdad?. Pues cambiad militar por judicial y ahí tenéis lo que ha pasado. El ansia de protagonismo de un juez ha roto con la libertad de expresión de forma coactiva.


Al parecer la casa real no tuvo nada que ver. No se sabrá. El malestar por su parte es lógico, pero el dibujo no deja de ser un acto de irreverencia más de El Jueves. Es su estilo. Además, todas las semanas se queman con políticos y famosos varios sin tapujos. Es de suponer que a ellos tampoco les guste, pero aceptan el juego que implica la libertad de expresión. Eso es democracia. El buen o mal gusto es discutible, por supuesto, pero no la libertad. Y, de todas formas, la portada era una crítica al gobierno y su plan de subvención de la natalidad.


Esta España aún tiene mucho que aprender...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esta España aun tiene mucho que aprender. Empezando con la prensa, que ha de aprender un poquito de educación porque el jueves contribuye bastante a la ignorancia de este país