Homo sum et nihil humanum a me alieno puto

lunes, 8 de septiembre de 2008

Algunos extractos de Memorias de Adriano

No me he podido resistir a publicar algunos de los extractos de Memorias de Adriano que más me han gustado. Son reflexiones que me conmueven.
"Pero las jergas bárbaras valen a lo sumo por las reservas que proporcionan a la palabra, y por todo lo que sin duda expresarán en el porvenir. En cambio el griego tiene tras de él tesoros de experiencia, la del hombre y la del Estado. De los tiranos jonios a los demagogos de Atenas, de la pura austeridad de un Agesilao a los excesos de un Dionisio o de un Demetrio, de la traición de Dimarates a la fidelidad de Filopemen, todo lo que cada uno de nosotros puede intentar para perder a sus semejantes o para servirlos, ha sido hecho ya alguna vez por un griego. Y lo mismo ocurre con nuestras elecciones personales: del cinismo al idealismo, del escepticismo de Pirrón a los sueños sagrados de Pitágoras, nuestras negativas o nuestros asentimientos ya han tenido lugar; nuestros vicios y virtudes cuentan con modelos griegos. Nada iguala la belleza de una inscripción votiva o funeraria latina; esas pocas palabras grabadas en la piedra resumen con majestad impersonal todo lo que el mundo necesita saber de nosotros. Yo he administrado el imperio en latín; mi epitafio será inscrito en latín sobre los muros de mi mausoleo a orillas del Tíber; pero he pensado y he vivido en griego" (p. 36).


"Pero nuestro arte (quiero decir el griego) ha elegido atenerse al hombre. Sólo nosotros hemos sabido mostrar en un cuerpo inmóvil la fuerza y la agilidad latentes; sólo nosotros hemos hecho de una frente lisa el equivalente de un pensar profundo. Soy como nuestros escultores: lo humano me satisface, pues allí encuentro todo, hasta lo eterno" (p. 111).
Esa última frase, que he puesto en negrita, es impresionante. No se puede expresar mejor y de forma más sintética lo que anima el espíritu humanista.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Admiro a M. Yourcenar, así que fue una delicia dar con este espacio. Compartir la fascinación rescata, y en cierto modo inexplicable nos pone en contacto con lo eterno. Saludos.-