Homo sum et nihil humanum a me alieno puto

martes, 11 de noviembre de 2008

Un dios salvaje


El pasado viernes fui al teatro a ver una obra de la que se ha hablado muy bien desde que se estrenó y con razón. Un dios salvaje (Le dieu du carnage), de Yasmina Reza, es una comedia de trasfondo trágico, pues señala sin tapujos y con ironía -sarcasmo incluso- las apariencias e hipocresías en las que se ampara nuestra sociedad. Un niño pega a otro en el parque y los padres de ambos se reúnen en la casa de una de las familias para hablar de lo ocurrido. Lo que comienza con muy buenas maneras acaba en un desenmascaramiento de las miserias que cada uno de ellos esconde: el egoísmo, el rencor, la falta de ética, la envidia, la superficialidad... Un dios salvaje recupera, a mi parecer, la tradición europea de la crítica social y resulta, curiosamente, una grata novedad en un mundo teatral demasiado afectado todavía por esa enfermedad llamada posmodernismo (pedantería y timo, diría yo).
Maribel Verdú y Aitana Sánchez-Gijón están extraordinarias en sus papeles, pero no se quedan atrás su compañeros de reparto, Pere Ponce y Antonio Molero, que no son en absoluto meras comparsas sobre el escenario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estaba rastreando en la red comentarios sobre esta obra y he dado con tu blog.
Hemos coincidido bastante en las impresiones:
http://carlosjaviergalan.blogspot.com/2008/11/un-dios-salvaje.html
Un cordial saludo.