Homo sum et nihil humanum a me alieno puto

miércoles, 11 de febrero de 2009

La muerte de Acteón


Acteón, nieto de Cadmo, fue educado por el civilizado centauro Quirón, quien le enseñó el arte de la caza. Un día que estaba de caza en el monte Citerón vio fortuitamente a la diosa Ártemis desnuda, mientras ésta se bañaba en un manantial. La diosa lo descubrió y, furiosa, convirtió a Acteón en ciervo, siendo devorado al instante por sus perros. Éstos, una vez muerto su dueño, sin saber que lo habían matado, lo buscaron en vano, vagando y vagando desconsolados hasta llegar a la cueva donde moraba Quirón. El centauro, apiadándose de los perros, modeló una figura semejante a Acteón para que no lo echasen de menos. Esta hermosa representación de la muerte de Acteón es, a la vez, una imagen terrible, en la que se aprecia la furia de Ártemis y el dolor de Acteón.

3 comentarios:

Javi dijo...

La verdad es que a pesar de breve, me ha gustado mucho esta historia. Es bonita. Recuerdo que por lecturas de este estilo me gustaba la Cultura Clásica.
Aprovecho Rubén, para saludarte y preguntarte que tal te va por Madrid. Espero que bien. A ver si nos vemos un día, un abrazo.

Rubén dijo...

Sí que es una historia hermosa, aunque cruel.
A mí meva bien por a´quí. Me encuentro muy a gusto en la ciudad y en clase, tanto con los profesores como con mis compañeros. He encontrado buena gente.
Espero que también te vaya todo bien a ti.
¡Saludos!

Beldaria dijo...

No conocía la parte en que Quirón modela una figura de Acteón. Pero no creo que se apiadara de ellos, o mejor dicho, que realmente les comprendiera, pues es peor estar cerca de algo que se parece a la persona que amas que perderla para siempre, pues en realidad no está ahí, es un mero espejismo.