Homo sum et nihil humanum a me alieno puto

jueves, 15 de mayo de 2008

Mayo


En este mes de mayo han coincidido muchas conmemoraciones de hechos históricos: los levantamientos de Madrid de 1808, la creación del Estado de Israel en 1948, y el movimiento del 68. Como comenté en el artículo acerca del Ché Guevara (el verano pasado), desde hace unos años los medios de comunicación y las instancias oficiales nos bombardean informativamente acerca de fechas que todos deberíamos conmemorar. Sin embargo, estos hechos se exponen en muchas ocasiones (en aquéllas en las que los historiadores no tienen un papel importante) sin la necesaria reflexión y sin profundidad. Es una temática más que los periodistas utilizan para rellenar páginas, llevando al hartazgo a los lectores, que acaban por no saber mucho más de lo que sabían de esos hechos rescatados, ya que el periodista suele recurrir a tópicos.


Los historiadores españoles han dejado que se les haya usurpado en gran medida, por parte de los medios de comunicación, el ámbito de la divulgación histórica. Y eso no puede ser. Sin los historiadores, la Historia no deja de ser un "cuento" (como se oye decir a veces) que se puede manipular según la conveniencia de cada cual. Pero hoy no quería hbalar de eso, sino precismante de dos de los hechos que se están conmemorando en estas fechas: el levantamiento popular de 1808 y el movimiento del 68.


No voy a disertar largamente sobre esos dos hechos (lo siento, Anido, sé que querías polémica con el 68); sólo quiero hacer un par de apuntes.


Por un lado, no veo que haya nada que celebrar en lo referente al 2 de mayo de 1808. Fue una jornada sangrienta, fruto del levantamiento de los sectores más humildes del pueblo de Mdrid contra el ocupante ejército francés, que, como todos los de la época, cometía desmanes y tropelías allá por donde pasaba (aunque los franceses actuaron con suma alevosía en mucos casos, por ejemplo cuando irrumpieron en el panteón real de San Isidoro de León y dieron de comer a sus caballos en los sarcófagos reales, vejando los restos de ilustres hombres del Medievo, y otros no tan ilustres pero, al fin y al cabo, personas, cuyos restos debían ser respetados). Los ejércitos del Antiguo Régimen de cada Estado eran acogidos con las comodidades posibles en las localidades de su país donde decidiesen parar, y en ellas, sin importarles que fuesen o no sus paisanos quienes los habitasen, abusaban, tanto soldados como oficiales, de su posición para aprovecharse de las mujeres, vejar, robar o saquear, etc. Los madrileños, hartos, se alzaron furiosos contra el enésimo atropello cometido por el ejército. Nada más. La nación española (si alguna vez ha existido, cosa que dudo; yo no creo en naciones, creo en personas) nada tuvo que ver en ello; tampoco el deseo de independencia ni de que volviesen las rémoras de los Borbones. Si algo hay que celebrar de ese período es la Constitución de Cádiz de 1812, moderna, embebida de los valores ilustrados; pero para eso aún hay que esperar unos años.


En cuanto al movimiento estudiantil de Mayo del 68, quiero decir que --aunque en algunos casos cayó en el exceso (siempre hay quien no sabe estar ni sabe medir hasta dónde se puede llegar, el caso de los grupos terroristas que derivaron de él, como las Brigate Rosse) o en la niñería (también hubo hijos de papá que se lo tomaron a coña, como un juego)-- para mí fue muy positivo. Se buscaban "unas nuevas relaciones en la calle, en la vida" (en palabras de uno de sus líderes, Daniel Cohn-Bendit), romper con la doble moral burguesa, con la hipocresía social, con los prejuicios sociales, con el "a Dios rogando y con el mazo dando". Y no fue sólo un fenómeno propio de la juventud izquierdista francesa; también fue muy importante el movimiento en Italia, y en México, y en España, donde se luchaba, además, por la libertad en un país sumido en el oscurantismo nacional-católico que pretendía aherrojar las conciencias. Esos movimientos estudiantiles contribuyeron de manera notable a que se alacanzasen las libertades y derechos de los que hoy gozamos. Y por eso hemos de tenerlos en consideración e, incluso, como referencia. Hoy en día gran parte de la juventud está instalada en la molicie, prisionera de estándares y encorsetamientos sociales, víctima de errados modelos de conducta en los que el dinero lo es todo y lo da todo, no teniendo interés por nada, viviendo sin inquietudes vitales. No digo que en el 68 no hubiese jóvenes así; el hombre siempre ha sido hombre, para bien y para mal; digo que deberíamos retomar ese espíritu vital, ansioso de conocimiento que alentó a los jóvenes de hace 40 años. Ellos querían una sociedad distinta y no se rindieron hasta se dueños de su futuro. Yo creo en nosotros, porque sé que, afortunadamente, también muchos piensan como yo, personas que merecen la pena, y pienso que también el futuro puede llegar a ser próspero. Pero para ello, no debemos olvidar a quienes nos precedieron.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, me parece un buen blog, tus ideas y pensamientos son muy sensatos y por esta razón quiero decirte que me gustaría conocerte mas a fondo, para poder platicar de cosas como política, sociales y económicas.

Mi nombre es Katrina Hernández. Mi correo es g_catblack@hotmail.com, si gustas agregarme. Gracias

Cuídate. Besos

Anónimo dijo...

I agree with you about these. Well someday Ill create a blog to compete you! lolz.