Qué mejor elección para recordar en su centenario a Miguel Hernández --poeta del compromiso entregado a la acción, pero también de la ternura paterna y de la honesta mirada del hombre de origen humilde pero en absoluto sometido-- que uno de sus poemas más emblemáticos cantado por otro hombre comprometido con nuestra poesía y la libertad como mi admirado Paco Ibáñez. Su concierto del Olympia de París, en 1969, es todo un soplo de aire fresco aún hoy. Paco siente y transmite la poesía de una manera especial, sabedor de que es la palabra la que nos hace existir.
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1 comentario:
Enhorabuena por tu blog. He estado echando un vistazo y me ha gustado mucho tu estilo. sara
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