Homo sum et nihil humanum a me alieno puto

lunes, 23 de junio de 2008

¡Adiós, complejos, adiós!. ¡Adiós, maldiciones!


España ha pasado los cuartos de final de la Eurocopa. Repitámoslo todos: España ha pasado de cuartos. Hoy nuestra generación ha vivido un día histórico y, de un plumazo, se han esfumado todos los fantasmas que siempre acompañan a la selección en los campeonatos mundiales y europeos de fútbol. Ha resultado muy terapéutico, sin duda.

Siempre huyo de patrioterismos y exaltaciones nacionales vanas y rancias. Por otra parte, afronto el fútbol como lo que es, un deporte, un juego, un entretenimiento; no me gustan nada los forofismos. Dicho esto, sí he de decir que estoy muy contento de que la selección se haya quitado de encima esa losa derrotista que acarreaba desde hacía mucho tiempo. Es bonito ver a la gente contenta, por una vez no desilusionada, y además me alegra que determinados futbolistas que me caen bien (Casillas, sobre todo) también saboreen el éxito en un campeonato entre países. Fuera de esto: el partido fue malísimo, lo jugaron fatal ambos equipos y sólo los últimos diez minutos y la prórroga estuvieron interesantes y con ocasiones para España.

Por cierto, me encantaron los gestos de cariño que se dieron al final dos grandes deportistas: Casillas y Buffon, fundidos en un sincero abrazo, dando ejemplo de cómo tienen que ser los futbolistas. Un diez para ambos.

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